miércoles, 27 de marzo de 2013

Editorial: La búsqueda de minerales



 Interrumpimos nuestro descanso vacacional, para escribir cuatro palabras que nos llevan tiempo rondando por la cabeza, y que ahora, alejados del stress habitual y del ritmo en que vivimos, se ven más claras y cuesta menos escribirlas.

Atravesamos una de las épocas del año más importantes para la búsqueda de minerales, un primer período vacacional en el cual muchos aficionados ponen sus primeras esperanzas para efectuar alguna excursión o salida, en busca de esos minerales que han ido viendo durante el invierno, sea en otras colecciones o en hallazgos de otros compañeros. Esta preparación previa a la salida vacacional obliga al buscador a investigar y preguntar por doquier a todo aquel que pudiera ofrecerle cualquier información sobre las minas y yacimientos a visitar. Las herramientas más utilizadas para ello son las primeras ferias del año e internet, en unas se pregunta a los asistentes y comerciantes, se fijan en las etiquetas, y se intentan recopilar todos los datos posibles que generen una salida fructífera o cuando menos divertida, en internet se navega a saco por las webs donde unos u otros hayan enseñado material, excursiones o datos aleatorios, también se aprovechan las redes sociales para indagar acerca del estado de los yacimientos y de las posibilidades de visitarlos.

 Hay una tercera opción, que es la menos cómoda y la menos utilizada, la cual consiste en bucear en los archivos histórico mineros, en las bibliotecas y en los fondos documentales de las empresas mineras, esta opción requiere tiempo, desplazamientos y gastos, además de un considerable esfuerzo de síntesis y lectura, sin embargo, aquellos aficionados que salimos todo el año, que aprovechamos cada fin de semana o festivo, sea la climatología más o menos adversa, sabemos que esta tercera opción es la más efectiva y decisoria en cualquier búsqueda.

 Así, mientras algunos se dedican a intentar sonsacar a otros o a intentar aprovecharse de la cada vez menos información abierta que se ofrece en la red, otros trabajan para lograr sus propios logros, la ventaja de los segundos sobre los primeros, es que mucha de la información que recogen estos buscadores, al provenir de fuentes no oficiales y cuyos intereses pudieran no ser los mismos que los suyos, no es información veraz, ni fiable, ni completa y ni tan siquiera medianamente cierta. Etiquetas generalistas, medias verdades, mentiras descaradas y embustes por doquier que buscan despistar y desviar al aficionado de a pié, el cual fiado en estas informaciones termina rebuscando en lo rebuscado, perdido en alguna explotación, desorientado y lamentablemente engatusado.

 Alguno de estos “informadores” habituales que no tienen nada de fidedignos, se dedica a vagar por los puestos de los feriantes mendigando piezas sobrantes e informaciones, piezas que luego presenta en sus manos y en su web como si las hubiera extraído él, cuando todos sabemos, incluidos los feriantes que se las han pasado, que su capacidad de búsqueda y su nula capacidad de picar piedra  hace increíble dichas milongas, solo quien no lo conoce y busca información en las redes, desconoce estas circunstancias y puede llegar a pensar que se encuentra ante un desinteresado buscador de primera. 

Los comerciantes se lo perdonan porque es un cliente fijo, aquel que les compra los truños que no les compra nadie, y no es cuestión de mostrarle el desprecio que a sus espaldas sienten por él, desprecio que es la comidilla de los mentideros mineraleros, y así mientras él sigue “informando” de sus “hallazgos” y mareando a los incautos que caen en sus redes, los demás, los buscadores con todas las letras, sean estos buscadores con intereses comerciales o no, lo desprecian como lo que es, una cucaracha que se dedica a recoger a las migas que los demás van dejando, mientras se cubre de una falsa capa que ni se ha ganado, ni se ganará nunca, un pobre diablo, un triste bocachancla..
Mientras tanto, los buscadores de minerales que se dejan el alma investigando y trabajando la roca, obteniendo resultados y piezas que el bocachancla solo puede soñar, engrosan sus colecciones y su fama bien ganada, su suerte trabajada y sudada, sin necesidad de dárselas de nada y ofreciendo informaciones veraces y contrastadas a aquellos aficionados menos hábiles y que no disponen del tiempo o de la capacidad de búsqueda de ellos. Sin artificios ni medias tintas, sin embustes ni mentiras, por pura solidaridad y compañerismo, porque entre tanto bocachancla y tanto sinvergüenza siempre se puedan encontrar personas con sentido común y otra manera de entender la mineralogía.
                                                  
La búsqueda de minerales tiene algo de aventura, tiene mucho de conocimiento, y aún mucho más de experiencia y sudor, abrir una geoda es algo que todo buscador ansía y que está al alcance de muy pocos, porque la roca no perdona ni regala nada, para abrir una cuarcita, una caliza gris de montaña, una siderita o un granito, hace falta algo más que unas manos de Airgamboy, algo más que un martillo de geólogo, y la suficiente cabeza para saber como atacarla sin romperla una vez abierta. Hace falta saber leer la roca, las fallas del terreno, saber utilizar la herramienta y no desesperar cuando el trabajo es estéril. Hace falta ser un buscador, porque ser un dominguero de escombrera o una cucaracha, lo puede ser cualquiera.

 Sirva esta editorial como homenaje a todos los compañeros que disfrutan de esta afición invirtiendo en ella todo aquello que los bocachanclas y ememartes  de la vida no han invertido nunca, desde el Mineral Digital les deseamos unas vacaciones llenas de geodas, de piezas impresionantes y de momentos familiares irrepetibles. Ellos si se lo han ganado.

Texto e imágenes de un servidor: Pablo Cantero Castillo (Picapiedra)


sábado, 23 de marzo de 2013

Vacaciones de Semana Santa.


Hoy comienzan nuestras vacaciones, y aunque sabemos que este mes no hemos sido muy pródigos en artículos y noticias, queremos avisar de que durante unos días estaremos desconectados.
Disfrutad del buen tiempo como hacemos nosotros, y que tengais mucha suerte si salis de minas y a engrosar vuestras colecciones.
Nos vemos en diez días.
Saludos norteños

Texto e imagenes: Picapiedra

martes, 19 de marzo de 2013

Paleomina. Revista de Minerales y Fosiles. Nº 3


Ha llegado a nuestras manos el número 3 de esta publicación editada por la Asociación Mineralógica y Paleontológica de San Vicente del Raspeig (AMPSVR), de Alicante. En esta ocasión han publicado como tema principal: "Hematites del Cabezo de la Sal", un hallazgo de dos aficionados alicantinos, Honorio Ramón Mira y Rafael Galiana que se ha publicado en un trabajo extenso de diecinueve paginas, con ilustraciones del fotógrafo catalán José Antonio Soldevilla.

Acompañando a este articulo principal aparece el trabajo "La Celestina en Alicante" escrito e ilustrado por José Ramón Pastor Aliaga, quien engloba este mineral en la provincia aportando datos histórico mineros de gran interés.

Después encontramos otro artículo: "El parque Temático de La Unión" realizado por el murciano Andrés Alcaraz Velasco, para más adelante disfrutar del trabajo del cartagenero Ginés Lopez García: "La Celia. Mucho más que apatito" con fotografías del valenciano Paco Mayor.


Ya para terminar, un trabajo sobre fosiles, escrito e ilustardo por Alex Ossó Morales: "Agostella Terresensis: otro cangrejo agostero".

Como veis una excelente publicación que número a número va ampliando sus contenidos y deslocalizandolos de la provincia alicantina, abarcando ya la zona murciana y en un futuro extendiendose por el levante español a otras comunidades. Una inciativa loable y que conlleva un gran trabajo, más en los tiempos que corren, y que entre todos debemos apoyar y disfrutar.
Para conseguir un ejemplar podeis dirigiros a este email: ampsvr@hotmail.es

Texto: Picapiedra
Imagenes: Paleomina Nº 3
Enviado: Honorio Ramón Mira. Alicante.
Composición : Picapiedra

jueves, 7 de marzo de 2013

Las empresas de áridos madrileñas incumplen la legislación.



Una mezcla de dejadez por parte de la administración, régimen sancionador débil y estrategias judiciales mantienen en funcionamiento seis minas de grava en el corazón de un parque regional protegido en el sur de la Comunidad de Madrid. La situación es conocida y se prolonga desde hace años (como han constatado grupos como Ecologistas en Acción, Arba o Jarama Vivo) pero esta combinación de factores permite que los áridos para la construcción sigan produciéndose.

Las explotaciones de Aladueña y Peñalver, Tramsa, Maresa, Ampliación Aricusa, Gravera del Jarama y Tranzones pisan zonas del Parque Regional de Sureste cuya ley de creación y plan de recursos prohíben expresamente. También invaden las franjas de protección de las riberas de los ríos Jarama y Manzanares, de acuerdo con la cartografía.
¿Cómo es posible esta situación? Algunas respuestas pueden deducirse por un informe del Defensor del Pueblo fechado en enero de este año, en el escrito se constata “la virtual inefectividad de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid [que] no sólo no comprueba los hechos por sí misma, ni insta ninguna reacción salvo comunicarlos con notable demora a la Consejería competente en Minas  y sólo para que conteste”. Es decir, el Defensor del Pueblo concluye que, ante posibles incumplimientos por parte de las explotaciones, mira hacia otro lado. El informe remacha: “Se informará a las Cortes Generales”. 
Además, el documento subraya que la autoridad que concede las autorizaciones mineras (la Consejería de Economía y Hacienda) también se lava las manos en caso de que las empresas deban hacer restauraciones por incumplir la normativa medioambiental “ni insta ni se interesa por ello aunque se trate de restauraciones por actividad minera”.

La explotación minera se aprovecha de la actitud poco beligerante por parte de las autoridades. Existen minas que hacen negocio sin tener siquiera autorización oficial. Según los expedientes consultados, empresas como Aridenca, TICOSA o Gravera de Jarama han extraído material sin permiso pero sin que tampoco se les detuviera la actividad. Por ejemplo, la empresa Aridenca S.L. ha mantenido tres explotaciones (Aricusa, Ampliación Aricusa y Ampliación Aricusa II en el término de Ciempozuelos) de las cuales dos no cuentan con autorización de actividad (Aricusa y Ampliación II). Sus solicitudes datan de 1999 y 1997  y la respuesta de no otorgamiento (dependiente del Gobierno de la Comunidad de Madrid) no llegó hasta 2005 y 2003 respectivamente. En noviembre de 2002 se constataron extracciones en zonas no autorizadas. Las autoridades también detectaron en junio de 2010 vertidos no autorizados tanto en sus explotaciones sin licencia como en la que sí contaba con permiso. Ese mismo año, pero en agosto, los agentes forestales presentaron una denuncia por extracción en zonas no autorizadas.
Otra minera, TICOSA (en San Martín de la Vega), ha estado operando sin autorización desde que la pidió en 2003. La autoridad minera se la denegó en 2007 (fecha en la que la inspección ya detectó actividad irregular). TICOSA recurrió la negativa. Los tribunales admitieron su reclamación el 31 de octubre de 2010. Esto hizo reiniciarse el procedimiento de autorización que aún está pendiente de resolverse: de 2003 a 2013 la mina opera sin un permiso oficial explícito como atestiguan los expedientes de la Consejería de Economía.

Pero es que incumplir sale barato en el parque protegido. Algunas de las empresas implicadas en esta situación conocen la rentabilidad de la actitud oficial. Por ejemplo, Graveras del Jarama extrajo 9.000 metros cúbicos de áridos en zonas prohibidas por lo que recibió una denuncia en 2007 y una multa de 240 euros. Cabe señalar que el precio de la tonelada de árido oscila entre los 8 y los 40 euros según calidades. Cada metro cúbico supera la tonelada de peso por lo que el precio de ese material nunca bajó de 100.000 euros. Además, Graveras del Jarama “ha incumplido la obligación de restituir que se impuso en los expedientes sancionadores”, recoge el escrito el Defensor del Pueblo. Esta mina funcionó una vez terminado su plazo de autorización en 2004: Pasaron dos años desde que solicitó una prolongación de actividad  hasta que se le denegó formalmente por parte de la Comunidad de Madrid, tiempo en el que extrajo grava. Después, su recurso prolongó el proceso hasta el 8 de octubre de 2012. Según se deduce de los informes de la Confederación Hidrográfica del Tajo, las extracciones continuaron todo ese tiempo. La sanción más alta que ha podido certificarse para este reportaje asciende a 6.000 euros.

Las graveras en las zonas más sensibles del parque protegido debieron finalizar sus extracciones en 2004. Así lo recogía el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) aprobado por decreto en 1999 y que decía que “concluirán su actividad en un plazo no superior a cinco años” desde esa aprobación. Luego remitía a otro reglamento (el Plan de Uso y Gestión: PRUG) para fijar los plazos. Ese texto legal llegó diez años después, en 2009. Y en su punto.3.2.5 recoge que las explotaciones situadas en esas zonas de alto valor aún tendrían seis meses para su desmantelamiento. Durante todos esos años, el sector de los áridos estuvo viviendo un auténtico boom. Desde 1994 –año de creación legal del parque regional- hasta 2006 -cuando registró su máximo histórico de 486 millones de toneladas-  el incremento de producción fue de un 143%, según los datos de la Asociación Nacional de Áridos. La crisis de la construcción dejó esa cifra en 173 para 2011. Ese año, Madrid consumió 11,3 millones de toneladas (un 19% menos que en 2010). 
Sin embargo, una maniobra judicial por parte de una de las empresas mineras que operan en el parque terminó con la anulación del último reglamento. La entidad Aridos y Premezclados  S.A.U. (ARIPRESA) interpuso un recurso contra el PRUG porque a la hora de aprobar este reglamento no se pidió “el informe previsto (…) a emitir por las Administraciones competentes en materia de urbanismo”, es decir, los ayuntamientos comprendidos en el parque (son 16). El Tribunal Supremo atendió a esta petición en septiembre de 2012  y anuló el plan, como si no existiera. De esta manera, una minera consiguió que se extinguiera el último paso legal que terminaba con las explotaciones en áreas muy protegidas aduciendo un defecto de forma que competía a los ayuntamientos.

Fuente: El Diario.es
Texto: Raúl Rejón
Imágenes: El Diario
Enviado: Jesús Lanza. Madrid
Composición: Picapiedra
 
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